Psicoterapia Expresiva

 

La psicoterapia expresiva es una metodología científica que une e integra los aportes de la psicodinámica y de la psicología relacional. Concisamente podríamos decir que entiende el Ser humano como un sistema dinámico en lo que influyen principalmente tres grandes “mundos”:

El mundo relacional

Nacemos y vivimos en un contexto relacional, cuyo influjo juega un papel importante en nuestro desarrollo y en nuestras respuestas a las experiencias vividas. Reconocer las influencias del contexto familiar, social y cultural en nuestra historia nos permite entendernos mejor ofreciéndonos la posibilidad de elegir conscientemente como manejar nuestras relaciones;

El mundo consciente.

Entendiendo con esto las habilidades y competencias que hemos adquiridos a lo largo de nuestra vida, que estructuran nuestra personalidad y que reconocemos como nuestras, pudiéndose entender como el sistema de funciones psíquicas de defensa, funcionamiento intelectual, síntesis de la información y memoria entre otras. Incluye las sensaciones físicas, los pensamientos y las emociones de la que somos conscientes (podríamos decir que es nuestra “capacidad para sentir”). Cambia con el tiempo y de acuerdo al mundo externo;

El mundo inconsciente.

El conjunto de contenido mental (deseos, sensaciones, impulsos, arquetipos…) de lo que no somos consciente a pesar de que juegue un papel fundamental en orientar nuestras toma de decisiones, estados anímicos, conductas y relaciones interpersonales. Podemos individuar diferentes niveles dentro del inconsciente ya que se puede hablar de inconsciente personal, familiar y colectivo.

La Psicoterapia Expresiva promueve el reconocimiento de las diferentes componentes que influyen en el sistema dinámico que somos, favoreciendo un dialogo comunicativo que permita armonizar e integrar, promoviendo las transformaciones adaptativas necesarias para seguir en el desarrollo de nuestro potencial humano y de la Conciencia.

Para hacerlo se beneficia de la observación y recurso del proceso creativo, entendido como representativo de la forma con la que nos relacionamos con nosotros mismo y con nuestro entorno.

A través de diferentes técnicas expresivas (graficas, corporales, sonoras…) se trabaja para facilitar el dialogo interno, promoviendo un espacio de escucha y respecto hacia lo que se manifiesta.

Permitiendo acoger la complejidad de nuestra vivencia que no se limita a aspectos mentales, emocional, físicos y de creación sino resulta y es enriquecida del conjunto de estas componentes. Posibilitando a que toda nuestra vastedad pueda contribuir y facilitar la comprensión de lo que nos mueve y orienta, inspirándonos o limitándonos. Aprendiendo a manejar constructivamente lo que hay, brindando el encuentro con de formas más adaptivas y funcionales de seguir en propio camino.