A lo largo de nuestra historia personal muchas son las situaciones que nos llaman al cambio. Desde los cambios más sencillos hasta aquellos más complejos y difíciles, pasando por diferentes grados de deseabilidad y resistencias respecto al proceso, la vida nos llama a la necesidad de reestructurar nuestra forma de pensar y operar para alinearnos con el presente. Es estas grande categoría podemos incluir los cambios necesarios cuando la familia se amplía con nuevos ingresos (nacimientos, matrimonios y uniones) o por contra se reduce ,debido a proceso más o menos previsible (salida de los hijos del hogar, mudanzas en otros territorios, separaciones, divorcios; procesos de enfermedad y muertes).
Todas estas situaciones nos llaman a una íntima y a veces dolorosa mutación de la forma de vernos y considerarnos en relación con el mundo. Proceso que puede dar lugar a fuertes resistencias y profundo sufrimiento.
¿Cuáles aspectos pueden favorecernos en este proceso vital y necesario? ¿Qué dificultades solemos encontrar y cómo podemos relacionarnos con ellas para favorecer sus resoluciones? ¿Qué espacios de diálogo y ayuda es posible construir para que el colectivo resulte ser un sostén y una referencia, promoviendo un desarrollo sano en propia transformación evolutiva? ¿Si estamos acompañando a alguien en un momento crítico de su vida, como podemos ser de real ayuda? ¿Cómo podemos acompañar tutelando nuestro bienestar además de lo del ser querido?
En un espacio confiado y respetuoso trabajaremos a partir de nuestro propio sentir, que brota de la vivencia personal que acompaña a cada uno, para enderezarnos hacia la construcción de una reflexión grupal donde las aportaciones individuales puedan dar profundidad y acoger la variabilidad.
Permitiendo fortalecer el vínculo humano que sostiene, acompaña y reconforta en los momentos críticos de nuestra vida.